Fueron los vetones, un pueblo celtíbero, los
primeros en asentarse en Avila y sus alrededores hacia el 700 a.C. De
su cultura quedan importantes restos esparcidos por la geografía
abulense, como los célebres verracos (de los que hay algunos en
Avila capital) y los castros o poblados en los que habitaban.
Los Romanos
Con la llegada de Roma a finales del siglo III
a.C., Avila se convirtió en una plaza fuerte que adoptó patrones
urbanísticos y modos de vida latinos. Durante la plenitud romana,
Avila formaría parte de la Hispania Ulterior primero y de la
Lusitana de Augusto después.Huellas de esta presencia se
encuentran en los hallazgos arqueológicos (monedas, urnas
funerarias, cerámica), y en la propia muralla, al parecer edificada
sobre restos de una anterior muralla romana, en la que pueden
observarse piezas de la necrópolis.Desde el siglo III en
adelante, con la progresiva decadencia del Imperio y las invasiones
de los bárbaros, la ciudad sufrió un proceso de ruralización y
empobrecimiento generalizado.
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